LOS DESASTRES NATURALES Y SU PREVENCION
Los desastres debidos a circunstancias naturales que ponen en peligro el bienestar del ser humano y el medio ambiente. Se suele considerar como tales a aquellos que son debidos a fenómenos climáticos o geológicos, lo que excluye los riesgos sanitarios que representan los agentes patógenos. Los riesgos más conocidos y divulgados son los que se materializan de forma episódica, a menudo con alcance catastrófico. Con todo, hay riesgos continuados cuya naturaleza resulta menos obvia, como los relacionados con la radiactividad natural o los metales tóxicos presentes en la naturaleza. Existen numerosos desastres tanto continuos como episódicos debidos al ser humano, que pueden tener un impacto comparable al de los desastres naturales más graves, por ejemplo, el accidente de Chernóbil. Lo que es más, ciertos riesgos pueden verse exacerbados por la actividad humana, por ejemplo las inundaciones debidas a la destrucción de los bosques. Por lo tanto, en el estudio de los posibles desastres son fundamentales los principios básicos de la ecología, concretamente aquellos que permiten identificar qué es natural, qué es consecuencia de la actividad humana y qué se debe a ambas causas.
En la caracterización de los desastres son factores importantes la extensión del área afectada, la intensidad del impacto o la duración del impacto. Un concepto importante es el periodo de recurrencia, que representa el periodo medio que tarda en reproducirse un acontecimiento de una magnitud dada. La percepción pública de la gravedad de un determinado desastre se ve influenciada por multitud de factores, pero en general éste es considerado más aceptable si produce daños pequeños aunque sea con frecuencia que si produce grandes daños más espaciados en el tiempo.
Los desastres naturales, en sus formas más graves, ocurren sobre todo en los países en vías de desarrollo, lo que en parte refleja las condiciones climáticas de los trópicos, en parte la localización de zonas de riesgo geológico, y en parte una peor infraestructura en lo que se refiere a la protección de la población y el medio ambiente. Los desastres naturales más espectaculares son los terremotos y la erupción de volcanes, que se producen en los bordes de las placas continentales y son, por lo tanto, característicos de ciertas áreas, en particular del Pacífico. La intensidad de un terremoto se mide por la escala de Richter, que tiene un valor máximo de 10 puntos. Se ha estimado que en California se producirá un terremoto de una intensidad superior a los 8 puntos en la escala de Richter, como el que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, cada 100 años.
HURACANES ciclón tropical migratorio, con fuertes vientos y lluvias, que se origina sobre los océanos en algunas regiones próximas al ecuador, en particular aquél que surge en las Antillas, incluso en el golfo de México. Los ciclones de tipo huracán del oeste del Pacífico se llaman tifones; en Filipinas se llaman baguios y en Australia willy-willies.
La mayoría de los huracanes se forma en las zonas de calmas ecuatoriales, un cinturón estrecho caracterizado por vientos suaves, brisas leves y variables y chubascos frecuentes, que se sitúa entre los vientos alisios del noreste y los del sureste. En el Atlántico, las zonas de calmas se localizan en su mayor parte al norte del ecuador, por ello no se producen huracanes en el Atlántico Sur. En el Pacífico hay calmas al norte y al sur del ecuador, por lo tanto hay huracanes en el Pacífico Sur y Norte.
Los ciclones tienen lugar en las latitudes tropicales. Son impresionantes tormentas o borrascas que llevan asociados fuertes vientos y lluvias intensas, que afectan a un área de entre 150 y 500 km de diámetro. Se originan en los océanos de las zonas tropicales y se trasladan girando en espiral a gran velocidad (entre 120 y 200 km/h), penetrando a veces bastante tierra adentro. En el ojo central (conocido como ojo del huracán), predominan los vientos suaves y las calmas, así como el cielo despejado.
Los ciclones reciben distintos nombres: huracanes en América, baguios en Filipinas, tifones en el mar de la China, willy-willies en Australia...
Un huracán visto desde el espacio
LOS TORNADOS tienen lugar en las latitudes medias. Son torbellinos de viento que giran a enormes velocidades (hasta unos 500 km/h) y aparecen como oscuras ‘chimeneas’ cuya base puede tener de 100 a 500 metros. Se diferencian de los ciclones en que suelen generarse sobre tierra firme, están relacionados con las nubes cumulonimbos, son menos extensos, suelen durar unos minutos y pueden alcanzar mayor velocidad. Cuando se forman sobre el mar, se llaman trombas marinas.
Tanto los ciclones como los tornados son muy destructivos. Son capaces de levantar edificios, arrastrar camiones y barcos, derribar árboles, provocar intensas inundaciones.
Los tornados
TSUNAMI
Tras un terremoto marino (llamado maremoto) o una erupción volcánica bajo el mar, pueden producirse gigantescas olas, llamadas tsunamis. No causan daños en alta mar, pero son muy destructivos si alcanzan las costas, donde pueden arrasar con todo lo que encuentran. En Japón se han observado tsunamis de más de 80 m de altura y, en los casos más violentos, de velocidades cercanas a los 900 km/h.
LA GOTA FRÍA
En España, la gota fría es característica de las costas mediterráneas, al final del verano y principios del otoño. Ocurre cuando tienen lugar dos hechos a la vez: se evapora el agua marina que está a elevada temperatura (unos 30 ºC) y llegan aires fríos en altura. Al encontrase el aire frío y el vapor de agua ascendente, éste se condensa rápidamente (es decir, se hace líquido) y provoca precipitaciones muy intensas.
En pocas horas (minutos incluso) caen muchos litros de agua por metro cuadrado (¡hasta 800 litros por metro cuadrado en 24 horas!), normalmente acompañados de granizo (pequeñas bolas de hielo cuyo tamaño oscila entre unos pocos milímetros de diámetro y algunos centímetros).
Este fenómeno causa numerosos daños personales y materiales, pues el agua caída de forma torrencial arrastra vehículos, inunda las viviendas, daña los cultivos, desborda presas y ríos... Además, el granizo puede hundir la chapa de coches y ¡romper cristales!
VIENTO, aire en movimiento. Este término se suele aplicar al movimiento horizontal propio de la atmósfera; los movimientos verticales, o casi verticales, se llaman corrientes. Los vientos se producen por diferencias de presión atmosférica, atribuidas, sobre todo, a diferencias de temperatura. Las variaciones en la distribución de presión y temperatura se deben, en gran medida, a la distribución desigual del calentamiento solar, junto a las diferentes propiedades térmicas de las superficies terrestres y oceánicas (véase Meteorología).
Cuando las temperaturas de regiones adyacentes difieren, el aire más caliente tiende a ascender y a soplar sobre el aire más frío y, por tanto, más pesado. Los vientos generados de esta forma suelen quedar muy perturbados por la rotación de la Tierra.
PREVENCION DE LOS DESASTRES NATURALEZ
Algunas de estas medidas son:
· Tener información sobre el entorno geográfico.
· Conocer vulnerabilidad de la comunidad donde vivimos.
· Explotar en forma racional los recursos disponibles.
· Recibir instrucciones sobre los primeros auxilios.
· Ejecutar en coordinación con las entidades gubernamentales planes de evaluación y rehabilitación.